Los niños y el control del cuerpo

Actualmente los papás suelen estar bastante informados en lo relativo a como criar a sus hijos, no obstante algunos temas generan preocupación.
Alrededor de los dos años, dos años y medio, tienen que enseñarle a controlar esfínteres. El niño debe aprender que ya no podrá hacer pis o caca, donde y como le parezca.
A esa edad, la mayoría de los niños tienen preparado su sistema mental y su sistema urinario para utilizar correctamente el cuarto de baño.
Uno de los errores más frecuentes, es adelantarse cuando el niño aún no está maduro. Un truco que proponen algunos especialistas es la prueba del tobogán. El niño es capaz de subir y bajar de un tobogán tiene los mecanismos necesarios (atención, control y coordinación) para controlar esfínteres.
Otro error común es insistir en el tema durante el día y colocar un pañal durante la noche. Esto podría dar a entender que la norma debe cumplirse de día. Si de noche tuviera ganas es probable que llame a alguno de sus padres o que intente ir solo (se puede dejar una luz tenue encendida en el baño).
También es frecuente que aguante toda la noche o quizás habrá que lavar sábanas algunos días.
Controlar el pis no tiene que ver con la cantidad de líquido que beba sino con la capacidad del niño para aprender cuando su vejiga está llena y necesita ir al baño. Siempre habrá que ser paciente y ayudarlo porque seguramente estará además semi dormido.
Educar a controlar esfínteres (orinar y defecar) supone poner límites a una nueva actividad que debemos hacer en privado.
Ocurre con cierta frecuencia que un niño que venia controlando esfínteres, deja de hacerlo. Puede haber ocurrido algún hecho traumático (perdida de un ser querido, mudanza, cambio de escuela, separaciones) que lo hace regresar a conductas antiguas.
Vuelve a llamar la atención al mojar su ropa y tal vez sea lo que está buscando. No hay que ponerle pañal, no angustiarse, habrá que buscar las causas.
Los niños tienen un radar que les permite captar más cosas de las que creen los adultos, algo puede preocuparle y no estar claro para sus padres, quienes muchas veces sostienen que no ha pasado nada, que habían pensado en separarse porque discutían mucho.
Hasta los dos años, buena parte de los intereses pasaban por llevarse cosas a la boca. Ahora descubre un nuevo poder que tiene que ver con el control de su cuerpo. Descubre nuevas sensaciones físicas. Comprobara que puede “soltar y apretar” y va siendo dueño de su cuerpo.
Cuando han transcurrido las etapas descriptas, el niño va creciendo, no hay causas traumáticas y no logra controlar esfínteres, será oportuno la participación y orientación de un profesional de la salud.

 

Bibliografía sugerida:

“El reto de ser padre” –  Joseph K. Freud