Los niños de los grados superiores de escuela primaria ingresan a la etapa de la pubertad. Cambios corporales significativos que provocan sensación de extrañeza en quienes los atraviesan.
Comprarse ropa en esta etapa es toda una aventura, las cosas les quedan largas de piernas, cortas de mangas.
Se vuelven desgarbados, el pelo es más graso, aparece la velocidad que si bien los hace sentirse grandes, también los incomoda.
Se sienten raros con su cuerpo. Estas transformaciones generalmente no se hablan desde lo profundo.
Les aumenta el sueño significativamente y esto hace que permanezcan “echados”, se los ve apáticos. Antes podían sentir placer por hacer los deberes, ahora no tienen voluntad.
También aparecen los cambios de personalidad. Se vuelven más introvertidos, más pudorosos, se resisten a contar lo que les pasa, se angustian sin saber bien porque aunque mucha de las veces tiene que ver con cambios hormonales, más que con cambios vivenciales.
La pregunta más frecuente en el grupo familiar es ¿Qué te pasa? ¿Porque estas molesto? Antes no actuabas así. Y ante estas frases, ellos sienten culpa.
Es conveniente asumir este proceso de cambio de manera positiva. Hay que tomar decisiones como adultos y no dejarle librado a ellos que hacer, aun no cuentan con los recursos internos ni externos para resolver y la labor de los padres es fundamental.
Habrá que enfrentar la primera menstruación o la polución nocturna con naturalidad, hacerles ver a los hijos en un marco de afecto e intimidad que lo que viven es normal y forma parte del crecimiento.