ESTIMULACIÓN TEMPRANA

La estimulación temprana está dirigida a los niños de 0-4 años, porque en este tiempo se puede apoyar directamente a mejorar y a consolidar la inteligencia, la motricidad y la personalidad del niño.

Los niños tienen ciertas características físicas, psicológicas y sociales en cada fase de su crecimiento.

 

Niño de 0 a 3 meses.

  • El pequeño muestra tranquilidad y una paz que parece indestructible al mamar, de la misma forma no presenta ningún disgusto cuando se le baña o se le toma en brazos.
  • Observa el mundo que lo rodea, empieza a dar una ojeada a los objetos que se encuentran en la habitación y a las personas, aunque sea de forma incompleta e irregular.
  • Gira la cabeza de un lado a otro, cuando lo sostenemos en brazos.
  • Cuando un ruido lo asusta responde con todo el cuerpo, como si se estremeciera.
  • Cuando escucha el sonido de una campanilla o un sonajero presta atención, ya empieza a emitir sonidos con la garganta.
  • Cuando alguien lo observa, el bebé también empieza a mirar a los rostros de ellos.


Niño de 3 a 6 meses.

  • Mueve la cabeza en varias direcciones, la cabeza se muestra cada vez más firme.
  • Ya puede tomar algunos objetos; las manos le sirven para que inicie su arrastre, ya puede girar todo su cuerpo: de estar boca arriba pasa a estar boca abajo.
  • Su mirada ya no es incompleta, ahora persigue con la mirada a los objetos y a las personas hasta que ya no los puede ver.
  • Cuando sostiene un objeto con la mano, lo observa.
  • Los sonidos que emite son cada vez más claros sin dejar de ser murmullos. El bebé se ríe y articula sonidos.
  • Empieza a utilizar las manos para apoyarse e intentar levantarse, además comprende que las manos tienen una finalidad: alcanzar y tomar las cosas.
  • Si lo observamos detalladamente, percibiremos que juega con sus manos y con su ropa; además reconoce el alimento ya que abre la boca para recibir las primeras papillas. Reconoce la mamadera.
  • En esta fase de crecimiento, el pequeño ya conoce y es capaz de distinguir algunas expresiones, como las de enfado; además reconoce los distintos tonos de voz que emplea la madre.

 

Niño de 6 a 9 meses.

  • En esta etapa el niño logra sentarse, pero tiende a inclinarse hacia delante y para evitar caerse se apoya sobre las manos.
  • No sólo agarra objetos grandes, sino también ya puede tomar con los dedos objetos más pequeños.
  • Juega con los objetos que tiene en la mano, los sostiene con una mano, luego los pasa a la otra.
  • Emite la primera palabra. Los sonidos que articula son cada vez más completos, los escucha y los repite.
  • Empieza a jugar con sus pies y con los distintos objetos que están a su alcance. Los juguetes son parte de su vida cotidiana.
  • Se muestra atento e inquieto cuando ya es la hora de comer. Conoce su horario de alimentación.
  • Empieza a gatear.

 

Niño de 9 a 12 meses.

  • El niño gatea con mayor frecuencia. Se desplaza de un lugar a otro sin la ayuda de un adulto, esto le permite adquirir una mayor independencia.
  • Para permanecer sentado ya no necesita la ayuda de un adulto. Logra pararse y empieza a caminar manteniendo puntos de apoyo.
  • Utiliza con mayor frecuencia sus pulgares y dedos índices para tomar objetos de diversos tamaños.
  • Puede emitir más de una palabra, cuando un adulto menciona su nombre, atiende. Mueve su cuerpo, realiza el ademán de aplaudir cuando oye una música.
  • Si está alegre o molesto será visible claramente.
  • Observa de manera regular y fija cualquier objeto que llama su atención. No aleja la vista del objeto hasta que esté fuera de su alcance visual o hasta que logre tomarlo con la mano.

 

Niño de 12 a 18 meses.

  • Empieza a caminar con ayuda de un adulto. Logra tomar los objetos con una mayor precisión. En esta etapa ya puede ubicar un cubo sobre otro.
  • El niño prefiere estar sentado la mayor parte de tiempo.
  • Juega con recipientes en los que llena objetos para luego vaciarlos.
  • Puede flexionar las rodillas para subir o bajar las escaleras con la ayuda de un adulto.
  • Articula más de dos palabras.
  • Responde a indicaciones básicas.

 

Niño de 18 a 24 meses.

  • Cuando camina ya no se cae, logra sentarse sin la ayuda de un adulto. Su capacidad para ordenar los cubos aumenta: puede armar una torre de 5 o 6 cubos.
  • Con la ayuda de la mano de una persona puede subir y bajar las escaleras.
  • Su capacidad para ordenar los objetos aumenta.
  • Realiza sus primeros trazos con un lápiz.
  • Juega con la pelota: puede lanzarla con las manos o patearla.
  • Empieza a nombrar los objetos y los dibujos que observa.
  • Reconoce las partes de su cara.
  • La cuchara se vuelve parte de su alimentación, aunque derrama los alimentos, ya puede comer con cierta independencia.
  • Puede controlar sus esfínteres.
  • Responde a lo que proponen los adultos, por ejemplo: realiza juegos que sus padres le indican.
  • Si una situación no le agrada se enoja con facilidad. Manifiesta celos.

 

Niño de 2 a 3 años.

  • Se sienta, se para y se mantiene en cuclillas sin mayor dificultad.
  • Empieza a correr.
  • Ordena los objetos de forma ascendente, puede construir torres con diversos juguetes. Empieza a dibujar círculos con mayor precisión.
  • Es capaz de saltar con los dos pies juntos, puede subir las escaleras con cierta autonomía.
  • En esta fase de su crecimiento, el niño empieza a manifestar ciertas interrogantes, como: ¿qué es esto?.
  • Articula frases, es capaz de realizar las tareas sencillas que el adulto le propone.
  • Le gusta hacer las cosas sin ayuda.
  • Aprende a ir al baño con la ayuda de un adulto. Empieza a jugar con los muñecos.

 

Niño de 3 a 4 años.

  • Logra pararse sobre un pie.
  • Su capacidad para armar torres se perfecciona, si desea puede superponer hasta 10 cubos.
  • Participa de los juegos grupales. Entiende que debe esperar su turno dentro de los juegos grupales.
  • Responde a las preguntas simples. Articula frases y oraciones cada vez más largas.
  • Ahora no solo pregunta por las cosas, también le interesa saber para qué sirven.
  • Come con mayor precisión con la cuchara.
  • Empieza a imitar las actividades que realizan los adultos.
  • Requiere y demanda la atención de los adultos. Espera que lo atiendan de inmediato. Poco a poco comprende que debe esperar.

 

Cuando hablamos de “Estimulación Temprana”, nos referimos al conjunto de actividades, de ejercicios y de juegos que se les proporciona a los niños en los primeros años, con la finalidad de desarrollar sus capacidades en distintos ámbitos personales y sociales.

La estimulación temprana es importante por las siguientes razones:

–          Beneficia el desarrollo cerebral del niño.

–          Todo tipo de estímulo que reciba el niño en los primeros años de vida, le servirá para su vida futura.

–          La estimulación temprana no es cosa de un solo día, se trata de un proceso que debemos cultivar todos los días.

–          La primera etapa de vida es el momento más importante en la formación de las personas. Es entre los cuatro primeros años que se logra un mayor desarrollo físico del cerebro; esto determinará una mayor capacidad de aprendizaje.

–          Debemos tener en cuenta que el cerebro crece tres veces en tamaño en los dos primeros años de vida; además en la infancia se llega a desarrollar el 80%, mientras el 20% se desarrolla en etapas posteriores.

–          El recién nacido posee un sistema nervioso central inmaduro, que se va desarrollando hasta alcanzar su mayor plenitud cuando tiene entre 5 y 7 años de edad.

–          Desarrollar las capacidades del niño a partir de los 7 años es más difícil que en un niño que solo tiene meses. Sus posibilidades para aprender durante los primeros 4 años son infinitas.

–          Lo que no se logra en un niño en sus primeros años, es mucho más difícil que se logre en un adolescente, en un joven o en un adulto.

–          La estimulación temprana asegura que el aprendizaje del niño sea mayor en su vida futura.