Es importante tener en cuenta que las nuevas generaciones nos demandan tener presente un nuevo paradigma a la hora de enseñar. Para esto debemos conectarnos con ellos considerando las diferentes inteligencias, sus posibilidades, emociones y necesidades.
“Las neurociencias hacen ver cómo el cerebro puede percibir, pensar y sentir y ese órgano juega un papel clave en el modo de hacer lo que hacemos, de aprender cosas nuevas y en la aceptación de que habrá cosas que nunca podremos hacer. Los seres humanos tenemos mayores posibilidades en nuestras vidas cuando sabemos más y entendemos mejor”.
La emoción es básica y fundamental y es un generador que nos lleva a la acción.
Los bebes expresan sus emociones a través de expresiones faciales, llantos, sonrisas.
Los niños reaccionan naturalmente, aunque no sepan expresar lo que sienten.
Los adolescentes, en busca de su identidad las magnifican, lo bueno es genial y lo malo es terrible.
Los adultos las reconocemos, sentimos y expresamos según características y experiencias personales vividas.
A propósito de las emociones es interesante pensar que respetar nuestro emocionar como forma de ser y estar es reconocernos y aceptarnos. Lo que necesitamos es aprender a analizar, orientar y gestionar las emociones para que no nos afecten negativamente ni a nosotros ni a los demás.
A los niños suelen faltarles palabras para expresar y distinguir lo que sienten. Es responsabilidad de los adultos (padres, docentes) ayudarlos a tomar contacto con lo que sienten.
Las emociones son guías en el camino porque nos alertan sobre lo que sucede.
Es importante visto desde las neurociencias tener presente que cada unidad (cuerpo, cerebro y mente) posee una combinación genética exclusiva con tiempos de maduración propios, memorias, talentos y fortalezas que son irrepetibles. Es así que debe entender a cada niño entendiendo sus particularidades para potenciarlas y lograr que lleguen a su máxima expresión.
Existen muchas maneras de ser inteligentes.
Las emociones juegan un papel fundamental en el aprendizaje ya que el estado emocional de quien lo recibe determina su capacidad para captar o no la información, para comprenderla y almacenarla.
Actualmente, ante comprobaciones científicas del valor de las emociones se está trabajando para mucho para no perder la vista ese valor.
Se hace necesario fomentar actividades que integren el respeto y el valor por los otros, fomentar la confianza y desarrollar las competencias emocionales y estos puntos no son potestad única del ámbito escolar.
Para aprender es importante, entre otros aspectos:
* Evitar el estrés en los niños.
* Estimular los sentidos.
* Una buena alimentación.
* Un descanso adecuado.
* Desarrollar habilidades sociales.
* La relajación.
* Dedicar tiempo el optimismo.
Desde pequeños debemos formarnos para conocer nuestra unidad cerebral.
Nuevo ser humano:
Conoce el mundo exterior / Conoce el mundo interior
Actúa sobre ambos mundos con igual eficacia
Dijo Galileo Galilei: “No se puede enseñar nada a un hombre; solo se puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de sí mismo”.
No necesitamos ser investigadores o científicos basta con entender la importancia de las emociones para la vida y el aprendizaje.
Actualmente disponemos de material que puede trabajarse tanto en la escuela como en el hogar.
Por ejemplo: “Descubriendo el cerebro- Neurociencias para chicos (y grandes)” de Facundo Manes.
“Las emociones van a la escuela” de Laura García Aros
“Juegos Mindfulness” de Susan Kaiser