Vida nada te debo, vida estamos en paz.

Hace apenas unas horas se alejó de nosotros quien fue y será la Sra. Nelly. Esa mujer perseverante que no se doblegó frente a las adversidades.

Siendo muy joven y con los sueños propios de esa juventud puso lo cimientos de su Jardin de Infantes en una pequeña casita y luego con mucha dedicación y esfuerzo la transformó en esta escuela que ya cumplió mas de 50 años.

Muchos niños, jóvenes y no tanto pasamos por su lado, recibimos sus saberes, sus consejos y tuvimos la dicha de aprender de su experiencia.

Ella hizo de su vocación de enseñar, su vida y dejó huellá, que seguramente marcarán el camino a generaciones venideras que no es poco.

¿Qué podemos sentir más allá de su ausencia física? Podemos sentir cierta orfandad.

Ese sentimiento que se produce cuando el otro actua como un gran paragüas protector que nos cobija y de pronto se cierra y nos expone a la lluvia más intensa.

Mario Benedetti dijo:

 “Me gusta la gente que no hay que empujarla sino que sabe lo que hay que hacer, que no deja las soluciones al azar.  

 La gente que es estricta con los demás y consigo misma.

Aquella que piensa que el trabajo en equipo, produce más que los esfuerzos individuales.

La gente fiel que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata, capaz de criticar y criticarse.

Y si en el camino de la vida tenemos la posibilidad de compartir con esa gente podemos darnos por bien retribuidos.”

Sra. Nelly su misión en la vida está cumplida y este denscanso merecido podría comenzar con este sentimiento.

VIDA NADA TE DEBO, VIDA ESTAMOS EN PAZ.

GRACIAS!!! Ha comenzado para usted otra forma de vivir.