Pareciera que en estos tiempos todo hay que explicarlo.
Los adultos debemos confiar en la autoridad y no en innumerables explicaciones.
Se ha delegado en la explicación lo que antes pertenecía al reino de la confianza en el vínculo entre padres e hijos. La confianza en la explicación suplió la confianza en el criterio paterno.
Cuando los padres no se sienten autorizados a ejercer su autoridad, se sostienen en explicaciones y esta modalidad se torna agobiante. Es antinatural la idea de que cada paso merece un porqué y ese agobio embarga tanto a los padres como a los hijos que hasta se cansan de escuchar.
La explicación viene después de la confianza.
Se llego a pensar que la explicación liberaba a los hijos de la posibilidad autoritaria de los padres, lo que es cierto parcialmente, cuando los padres son autoritarios (cuando toman a los hijos como objeto y no como sujetos).
El explicacionismo hará creer a los niños que todos deberán darle cuentas de cada acción, esto no es así y estaremos preparándolos poco para la aceptación (aceptación, no sumisión).
Dijo Miguel Espeche “Ama a tus hijos, que las explicaciones vendrán, si fuese necesario, por añadidura”.
Tomado del articulo EXPLICACIONISMO escrito por Miguel Espeche, sicólogo y autor del libro Penas de amor.