Los padres son las figuras de referencia más importantes para un niño. La personalidad se va formando mediante lo que se llama ”identificación” con esas figuras.
Los primeros años de vida son fundamentales para el futuro adulto. Cuando un bebé llega al mundo está indefenso, con su llanto va indicando a los padres sus necesidades y en esos primeros años el niño depende de quien lleva a cabo la función materna (alimentación, protección, entendimiento, carencias, etc).
Cuando el niño recibe mucho amor su psique empieza a construirse sobre una base sólida; irá adquiriendo seguridad y autoestima; sentirá que puede confiar en los demás.
La vida es un camino que lleva a la persona de la dependencia total hasta la independencia total.
Esa fusión entre madre e hijo es saludable durante los primeros meses. Luego es necesario iniciar el trayecto hacia la independencia. Y aquí entra la función paterna y es el padre el que se encargará de ir separando a la mamá de su hijo. Le dice al niño que no puede estar siempre con su madre. Que no puede dormir con los padres. Le pone LÍMITES.
En la mayoría de las parejas los roles materno y paterno se alteran: no tienen por qué ser estancos.
Incluso en familias monoparentales, una misma persona puede alternar ambos roles.
¿Y entonces en qué consiste ser padres?
En amar a los hijos, disfrutar de ellos, ejercer las funciones maternas y paterna de la mejor forma posible y formar un buen vínculo.
Además es fundamental transmitir alegría, entusiasmo a los hijos.
Numerosos estudios relacionan los buenos cuidados de los padres en la infancia con una buena salud mental en la vida adulta.
Actualmente se observa con preocupación que la mayor dificultad en la crianza es permitirse ser decididos a actuar con autoridad. Los niños tienen que disfrutar de la infancia pero también tienen que tener límites.
Un niño al que se le ponen límites es un niño AMADO.
Los padres necesitan AUTORIZARSE a ser padres y encontrar a medida que va conociendo a su hijo, cual es el equilibrio entre límites y flexibilidad.
La mayoría de los padres hacen bien su trabajo porque lo hacen con mucho amor, y eso compensa, los posibles errores que son humanos.
El problema aparece cuando los padres no saben qué deben hacer con sus hijos y terminando haciendo lo que hacían sus padres o hacen lo contrario.
Hay que reflexionar sobre este viaje interesante de la paternidad, viaje en el que habrá dudas, conflictos, discusiones. Consiste en TOMAR DECISIONES por uno mismo, al margen, muchas veces, de lo que los propios padres.
Bibliografía sugerida:
“El reto de ser padres” – Joseph Knobel Freud.