Todos sabemos que la actividad infantil, toma siempre la forma de juego. Mediante la expresión gráfica, el niño también canaliza esta necesidad, realizando una exploración jubilosa y apasionada que tiende a probar la función en todas sus posibilidades.
Las actividades gráficas y plásticas son canales para la manifestación de sentimientos, emociones, estados de ánimo. Es por eso que toma gran importancia el aprovechar esta actitud para acercarnos más a ellos, tratando de crear en la casa un tiempo y un espacio de comunicación, no guiando sus expresiones, sino compartiendo a través del dibujo un mundo imaginario. Nos ocuparemos más por el proceso que por el producto. “El niño busca encontrar una aprobación, un eco, más que eso, una participación”.
Aceptar su individualidad, su nivel de expresión, lo ayudará a crecer en espontaneidad, capacidad creadora y nivel intelectual.
El niño cuando dibuja libremente, expresa lo que piensa y siente. Los diversos materiales que pueden ofrecérseles permiten nuevas posibilidades de experiencias sensoriales y de exploración, como así también oportunidades de transformar sentimientos negativos en acciones positivas. Por ejemplo, ensuciándose con dactilopintura, el pequeño puede reducir su necesidad de ensuciarse con otros elementos, en lugares y momentos inoportunos; brindándoles papeles diversos y crayones, podrá expresarse sin necesidad de recurrir al garabato de paredes y muebles. Muchas veces, reprimimos estas actitudes, sin analizar que son manifestaciones que no encuentran su marco adecuado para exteriorizarse.
Ver dibujar a los niños, no es tiempo perdido, una cosa es coleccionar sus trazos, y otra ver el movimiento que da origen a los mismos, ver como la mano completa la figura, ver los juegos complementarios de la mano y el ojo, el feliz aprovechamiento de los azares del movimiento, la fantasía en la elección de los materiales y colores. La calidad expresiva no está sólo en la obra, está también en la mímica, en el comentario.
Los niños necesitan ser ellos mismos, necesitan descubrirse a través de la acción y la creación. Está en nosotros, los adultos no coartar estas necesidades, sino canalizarlas y orientarlas hacia el desarrollo de su creatividad. De esta manera le estamos proporcionando un medio de exteriorización provechosa que podrá usar a lo largo de toda su vida.