Enseñar a andar en bicicleta es divertido y a su vez muy positivo.
Con esta actividad se mejora la capacidad de tomar decisiones, se ayuda a la formación integral de los niños.
Los aportes más significativos en el desarrollo de los pequeños según los especialistas, pueden ser los siguientes:
– Ayuda a adquirir valores de compañerismo.
– Favorece el equilibrio y el sentido de coordinación
– Ayuda al desarrollo intelectual (los alumnos que realizan mas actividad física tienen más facilidad frente a sus estudios que los sedentarios).
– Se crean hábitos sanos, se promueve la vida al aire libre.
– Permite crecimiento emocional y mental.
– Reduce la ansiedad (ideal para niños muy activos)
– Fortalece los músculos.
La mayoría de los pequeños aprenden a usar un triciclo alrededor de los tres años y se considera que ente los cuatro y los siete estarán preparados para la bicicleta.
Es muy importante una adecuada selección del rodado, que sea acorde a la talla del menor, que conozca sus partes y se provea de elementos protectores en la medida que aumentan las dificultades.
El ciclismo es beneficioso y será bien recibido en cuanto se plantee como un juego y no como una obligación. Es una iniciación al deporte.
Y si bien es cierto que existen escuelas de ciclismo para aprender a montar una bicicleta, es conveniente recordar el valor de que esta enseñanza armonice en el grupo familiar.
¿Quién no recuerda su primera bicicleta? ¿Quién no tiene presente a ese papa, tio, abuelo que aunque cansados intentaban despertar la pasión por las ruedas?
Tener presente que puede ser la excusa perfecta para pasar tiempo en familia, lejos de los aparatos electrónicos que tanto se consumen en estos días.
Todos somos conscientes de rutinas que dejamos de lado por falta de tiempo, por inseguridad, pero es momento de repensar que necesitan los niños de nosotros como adultos y cuanto podríamos mejorarla calidad de vida de ellos y a su vez la propia, si dedicáramos algún día, algún momento al CICLISMO en familia ente tantas otras actividades deportivas.
Son enseñanzas familiares que nunca se olvidan.